
Sin estabilidad es muy difícil que haya liderazgo y
compromiso y obviamente con una alta rotación, los procesos de formación y
actualización pierden impacto y continuidad. De ahí la importancia del
compromiso de la administración municipal para que el bibliotecario permanezca
en su puesto, siempre y cuando las evaluaciones demuestren que su desempeño es
bueno, sin que las conveniencias burocráticas o las cuotas políticas afecten el
servicio. De lo contrario la experiencia, las actualizaciones, la programación,
el conocimiento de las colecciones y de la comunidad se pierden y se tiene que
empezar de nuevo – casi de cero-. De paso, la comunidad pierde la oportunidad
de crecer con mayores y mejores herramientas ciudadanas.
El bibliotecario debe tener unas condiciones dignas en su
puesto de trabajo, de acuerdo al régimen laboral colombiano, además de salarios
acordes con su nivel de formación. Los contratos de salarios por debajo del
mínimo, la no afiliación al régimen de salud contributivo y la rotación
permanente, son un atentado contra la dignidad de la persona y perjudican el
servicio.
Bibliotecas
vivas
“Las
Bibliotecas Públicas Que Queremos”
Gloria María Rodríguez Santamaría
Irene Vasco
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