Foto: Henry Noguera |
El valle del Patía, después de que fuera un mar, tuvo
mucha vegetación y mucha agua. El agua,
en su mayor caudal, la ofrecían los ríos Patía y Guachicono, pero también otros
ríos, arroyos y quebradas que bajaban desde las montañas a refrescar el calor
del Valle Patiano.
Por la abundancia del agua, el Valle del Patía se enorgullecía
de tener lagos, lagunas y charcos, En
ellos se podía observar bandadas de patos que nadaban, verdes ranas que croaban
y variedad de colores en las aves que cantaban entonando sinfonías de tonos
melódicos. Los ganados saciaban su sed en la paz de las cristalinas fuentes
naturales. Los habitantes de las lagunas y sus alrededores nos daban ejemplo de
armonía.
Tomado de libro de Ruiz Octavio Jesús (2000) “Espantos,
Mitos y Leyendas “. Gobernación del Cauca, Alcaldía de Patía , Fondo para la
promoción de la Cultura y Las Artes del Cauca
ha relato le falta un un peedazo
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