2012/11/09

EMPAUTO DE SIMFOROZO URRESTI


¡Bueno! Aquí en Patía, en antes tiempos existían el empauto, o sea contrato con el demonio; el comisionado para el Patía era el señor Lázaro Ibarra, entonces Sinforozo Urresti quería empautarse y le dijo al señor Lázaro que él quería empautarse, entonces el aceptó. Que si aguantaba se iba con él. Entonces se fue con el señor Lázaro Ibarra al río Guachicono, al charco el Credo y le dijo:
“Pero para empautarse, tengo que maniatarlo de patas y manos y tirarlo al charco, allá lo espera el diablo en una alacena”.
Él, como tenía tanto entusiasmo de empautarse con el diablo… ¡Aceptó!
Se hizo amarrar de patas y manos, entonces Lázaro Ibarra lo tiró al charco.
Cuando Sinforozo cayó al charco ¡ya estaba Lázaro allá dentro!
Lo esperó en la alacena, él lo tiró y cuando Lázaro cayó a la alacena, ya estaba Lázaro con el diablo allá.  Allá firmaron el contrato.

El contrato era que Sinforozo se enamoraba de las mujeres que fueran y si las conseguía, podía estar el marido, ¡como fuera!
Ese era el empauto de él y el diablo le daba plata pero nunca podía darle a la mujer propia, sino a las concubinas o mozas  “como se dice”, sí podía darle la plata que quisiera.
Entonces un dia tomando, un señor Ulalio le prestó un peso.
Sinforozo le prestó un peso al señor UlalioGomez, … por la noche el diablo se le enojó, la sacó por encima de la chimenea y la mujer de tanto rezarle oraciones lo encontró, pero todo estropeado y todo aruñado.
En otra ocasión, andando Sinforozo en el caballo Ventarrón, el caballo mas corredor que hubo en el Patía, en los llanos de Palo´e Leche - ¡en llano que se en tierra! -, lo dejaba que avanzara puaí veinte o treinta metros y le daba un canetazo, ¡el diablo…el diablo! Yiran!!! Le llegaba a la gurupa de Sinforozo.

 Sinforozo andaba con el papá, cuando el papá quiso ver, Sinforozo andaba a más de diez metros en el aire. Entonces el papá, como era curioso, le rezó oraciones y tiró a mirar; lo largó, lo tiró al suelo… ¡Bueno!
Entonces, ya le llegaba el plazo del compromiso que tenía que entregárselo, porque tenía que llevárselo al diablo.

Corriendo en San Juan, aquí en Patía, el diablo se le aparece en una mula con unas rodajas que echaban candela, las espuelas que usaba el diablo. Y Sinforozo lo vaciló… lo vaciló. Yiran!
Salió a toda carrera y el diablo atrás y se le entró a la iglesia a caballo. Sinforozo se le entró a la iglesia a caballo, y el diablo le mandó el tarrascóny le alcanzó a coger apenas  la baticola y casi se lo lleva.

Y ahí se arrempitió y de ahí pa´ca en ese tiempo daban unas penitencias duras, el cura le formó la penitencia. Que toda la Semana Santa se tenia que mantener con hierba y con un freno…
Y así se la paso hasta que murió arruinado…
En Angulo, Olivia y otras, 1998. Arte, Magia, Ternura y Algo Más Universidad del Bosque .

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