Cuevas de Uribe - Río Guachicono |
Era muy pobre y trabajaba duro para conseguir su
alimento y demás necesidades. Un día salió a las fiestas del pueblo y este
señor dijo “deseo tener poder, dinero, mujeres, carros y muchos caballos y por
eso seria capaz de vender mi alma al diablo”
Entonces apareció el diablo diciendo: “Claro hijo, si
me vendes tu alma te daré todo esto y muchas cosas más; con unas condiciones:
No podrás tener hijos ni esposa porque te quitaré todo y además me llevaré tu
alma a lo profundo del infierno… cuando necesites plata mete tu mano al
bolsillo y obtendrás mucho dinero y en cuanto a lo demás, solo lo pides y ya”.
Muy bien. El señor era el mejor, tenía muchas nenas y
era muy rico, se montaba en los mejores caballos de toda la región, tenía
carros y casas, se gastaba bastante dinero tomando en cantinas… en fin, era el
mejor.
Hasta que un día miró una muchacha y se enamoró de
ella. Entonces el diablo empezó a enojarse y a mandarle más espantos que lo
arañaban y lo amarraban. Hasta que un día embarazó a la muchacha y a los nueve
meses tuvo un hermoso niño. Y así siguió, cada vez se hacía más viejo hasta que
le había llegado a la hora de su muerte. Entonces apareció el diablo y le dijo
que “ ya había cumplido los 80 años y te vienes conmigo”.
Entonces el hombre muy miedoso subió por las escaleras
y el diablo lo arañó con sus uñotas. El señor Sinforozo logró salir y ponerle
un Cristo en la cara, ahí quedó el diablo muy enfadado y al ratico se levantó
mientras el señor, muy herido, logró llegar a la iglesia donde el padre daba su
misa dominical y lo bañó con agua bendita y el diablo fue destruido.
Narración compilada por Claudia Marcela Ramírez,
estudiante del grado 8vo. A. INEDER, 2006
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